LOS CUMPLIDOS O ¿POR QUÉ NO SIMPLEMENTE DECIR "GRACIAS"...?
La Imagen que tenemos de nosotros mismos determina en qué debemos concentrarnos o qué podemos pensar. Una buena imagen nos permite concentrarnos en los cumplidos que se nos hacen y en los éxitos que logramos. Esto no debe confundirse con pedantería. Alguien observó en una ocasión: "La pedantería es una enfermedad muy rara. Hace que todo mundo se sienta mal, excepto quien la padece". Ser egoísta y gozar de una autoestima saludable son extremos opuestos.
Las personas con un gran ego necesitan ser el centro de atención, ansían reconocimiento y les preocupan muy poco los demás.
Por el contrario, una saludable autoestima nos permite respetar nuestros propios deseos y también los de los demás . Esto quiere decir que podemos sentirnos orgullosos de nuestros logros sin tener que divulgarlo, y que podemos aceptar nuestras limitaciones al tiempo que luchamos para superarnos.
Una autoestima saludable significa que no nos sentimos obligados a justificar, ante nosotros mismos o ante nadie, el hecho de salir de vacaciones, acostarnos tarde, comprar zapatos nuevos o permitirnos algún capricho de cuando en cuando. Nos sentimos a gusto haciendo cosas que agregan calidad y belleza a nuestra vida.
Admitamos que no se trata de un "complejo de superioridad".
Cuando apreciamos nuestra propia valía, no necesitamos decir al mundo lo mucho que valemos. Es aquel que no se ha convencido de su propio valor quien se afana por preguntar a todo mundo su gran valía.
Hay que reconocer que es correcto aceptar un cumplido. No hace alta ser perfectos para aceptar un cumplido y donosamente dar las gracias. La gente con éxito siempre dice: "Gracias". Se da cuenta de que es sano reconocer un trabajo bien hecho.
La Imagen que tenemos de nosotros mismos determina en qué debemos concentrarnos o qué podemos pensar. Una buena imagen nos permite concentrarnos en los cumplidos que se nos hacen y en los éxitos que logramos. Esto no debe confundirse con pedantería. Alguien observó en una ocasión: "La pedantería es una enfermedad muy rara. Hace que todo mundo se sienta mal, excepto quien la padece". Ser egoísta y gozar de una autoestima saludable son extremos opuestos.
Las personas con un gran ego necesitan ser el centro de atención, ansían reconocimiento y les preocupan muy poco los demás.
Una autoestima saludable significa que no nos sentimos obligados a justificar, ante nosotros mismos o ante nadie, el hecho de salir de vacaciones, acostarnos tarde, comprar zapatos nuevos o permitirnos algún capricho de cuando en cuando. Nos sentimos a gusto haciendo cosas que agregan calidad y belleza a nuestra vida.
Admitamos que no se trata de un "complejo de superioridad".
Cuando apreciamos nuestra propia valía, no necesitamos decir al mundo lo mucho que valemos. Es aquel que no se ha convencido de su propio valor quien se afana por preguntar a todo mundo su gran valía.
Hay que reconocer que es correcto aceptar un cumplido. No hace alta ser perfectos para aceptar un cumplido y donosamente dar las gracias. La gente con éxito siempre dice: "Gracias". Se da cuenta de que es sano reconocer un trabajo bien hecho.
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