El ego crea separación y la separación crea sufrimiento. Aparte de las formas más claras de negatividad como la ira, el odio y demás, hay otras más
sutiles, las cuales son tan comunes que por lo general no se las reconoce por lo que son. Entre ellas se
cuentan la impaciencia, la irritación, el nerviosismo, el hastío, etcétera.
Esas formas de negatividad son la
infelicidad latente, estado interior en el cual suelen permanecer muchas personas.
El siguiente es uno de los estados negativos más comunes, el cual puede pasar desapercibido
precisamente por ser tan común y normal. Seguramente usted estará familiarizado con él. ¿Suele usted
experimentar una sensación de descontento que podría describir como un resentimiento latente? Puede ser
específico o inespecífico. Muchas personas pasan gran parte de sus vidas en ese estado. Se identifican
hasta tal punto con él que no pueden tomar distancia para reconocerlo. Detrás de esa sensación hay ciertas
creencias inconscientes, es decir, unos pensamientos. Sentimos esos pensamientos de la misma manera en que soñamos al dormir. En otras palabras, no sabemos que tenemos esos pensamientos, como tampoco el
soñador sabe que sueña.
Los siguientes son algunos de los pensamientos inconscientes más comunes de los cuales se alimenta la
sensación de descontento o de resentimiento latente. He eliminado el contenido de esos pensamientos para
dejar solamente su estructura. De esa manera se aprecian más claramente. Siempre que haya infelicidad
latente (o manifiesta) en su vida, vea cuáles de estos pensamientos son aplicables y proporcióneles
contenido de acuerdo con su situación personal:
- "Algo debe suceder en mi vida para que yo pueda alcanzar la paz (la felicidad, la realización, etcétera). Y resiento que no haya sucedido todavía. Quizás con mi resentimiento logre que suceda finalmente".
- "Algo sucedió en el pasado que no debió suceder y lo resiento. Si eso no hubiera sucedido, tendría paz ahora".
- "Me está sucediendo algo que no debería sucederme y me está impidiendo tener paz".
Muchas veces, las creencias inconscientes apuntan a una persona, de manera que la palabra "suceder" se
reemplaza por "hacer".
- "Deberías hacer esto o aquello para que yo pueda tener paz. Y resiento que no lo hayas hecho. Quizás con mi resentimiento logre que lo hagas".
- "Algo que tú (o yo) hicimos, dijimos o dejamos de hacer en el pasado me está impidiendo tener paz".
- "Lo que haces o no haces ahora me está impidiendo tener paz".
Todas las citas son historias creadas por el ego para convencernos de que no podemos estar en paz en el presente y
tampoco ser nosotros mismos. Estar en paz y ser quienes somos es lo mismo. El ego dice: quizás en un
futuro podré tener paz si tal o cual cosa sucede o si obtengo aquello o me convierto en lo de más allá.
También dice: no podré estar en paz jamás a causa de algo que sucedió en el pasado. En general, todo el
mundo cuenta la misma historia, "por qué no puedo tener paz ahora".
El ego no sabe que nuestra única
oportunidad para estar en paz es ahora. O quizás sí lo sabe pero teme que lo averigüemos. Después de
todo, la paz representa la aniquilación del ego.
¿Cómo podemos alcanzar la paz ahora? Haciendo la paz con el momento presente. El momento presente
es el campo en el cual transcurre el juego de la vida. No puede jugarse en ningún otro lugar. Hay cuatro palabras en las cuales se encierra el
secreto del arte de vivir, el secreto del éxito y la felicidad: uno con la vida. Ser uno con la vida significa ser
Uno con el Ahora.
Al ego le encanta estar resentido con la realidad. ¿Qué es la realidad? Cualquier cosa que es. Oponerse a ese tal o cual es una de las principales características del ego. Esa oposición crea la negatividad de la cual
se alimenta el ego, la infelicidad que tanto le gusta. Crear sufrimiento sin
reconocerlo es la esencia de la vida inconsciente y es estar completamente bajo el control del ego.
El ego
hace exactamente lo que condena en los demás y ni siquiera se da cuenta. Cuando se lo señala, recurre a
la negación, la ira, los argumentos y las justificaciones que distorsionan los hechos. Y todo el mundo lo hace,
las personas, las empresas y los gobiernos. Cuando todo lo demás falla, el ego recurre a los gritos y hasta a
la violencia física.
Tan pronto como tome conciencia de un
estado negativo en su interior no piense que ha fallado. Significa que ha tenido éxito. Con la
conciencia se suspende la identificación con los pensamientos, las emociones y las reacciones.
"Un día me liberaré del ego". ¿Quién habla? El ego. Liberarse del ego realmente no representa un gran
esfuerzo. Lo único que se necesita es tomar conciencia de los pensamientos y las emociones en el mismo
momento en el que suceden. No se trata realmente de "hacer", sino de "ver". En ese sentido, es cierto que
no hay nada que podamos hacer para liberarnos del ego.
Cuando se produce el cambio de pasar de pensar
a observar, entra a operar en nuestras vidas una inteligencia muy superior a la astucia del ego. Pasamos a ser la luz de la Presencia, la conciencia profunda que
antecede a los pensamientos y las emociones.
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